El Plan Valenciano de Salud Mental y Adicciones 2024-2027 tiene como objetivo la mejora de la salud mental de la población con acciones preventivas, asistenciales, de rehabilitación y de reinserción social.
El entorno laboral es uno de los factores determinantes que influye en la salud mental de las personas trabajadoras. Este entorno laboral favorece el bienestar emocional cuando el trabajo aporta satisfacción y contribuye a la autorrealización personal, pero también puede contribuir en la aparición de alteraciones en la salud mental de la persona trabajadora como, por ejemplo, cuando se está trabajando bajo condiciones estresantes, por ritmos y horarios de trabajo inadecuados, por posibles situaciones de abuso y/o acoso, etc.
Una de las líneas de actuación de este plan es la relativa a la promoción y prevención de las enfermedades mentales en el ámbito laboral.
Un sondeo de opinión relativo al año 2022 realizado por la Agencia Europea especializada en esta materia arroja los siguientes datos:
- El 27% de las personas trabajadoras sufren estrés, ansiedad o depresión agravados por el trabajo.
- El 32% de la población trabajadora percibe que los factores psicosociales están presentes cada día.
- Una cuarta parte de las personas trabajadoras en España experimentan tristeza diaria en su lugar de trabajo.
- El 36% de las personas trabajadoras sufren estrés diario en el trabajo, un 25% experimentan tristeza y el 22% ira.
Según la encuesta Euro barómetro (2023) el 46% de las personas trabajadoras se enfrentaron a problemas emocionales o psicosociales pero más de la mitad no buscó ayuda.
En 2023, en España, hasta 466.078 personas trabajadoras recibieron una baja médica por problemas de salud mental. Las incapacidades laborales por este motivo aumentaron en seis años, un 81,54%. El cuidado de la salud mental en el trabajo disminuye las bajas laborales en un 66%.
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) apunta como factores de riesgo psicosocial:
- insuficiencia de capacidades o su empleo insuficiente en el trabajo;
- cargas o ritmo de trabajo excesivos, falta de personal;
- horarios excesivamente prolongados, antisociales o inflexibles;
- falta de control sobre el diseño o la carga del trabajo;
- condiciones físicas de trabajo inseguras o deficientes;
- cultura institucional que permite los comportamientos negativos;
- apoyo limitado por parte de colegas o supervisión autoritaria;
- violencia, acoso u hostigamiento;
- discriminación y exclusión;
- funciones laborales poco definidas;
- promoción insuficiente o excesiva;
- inseguridad laboral, remuneración inadecuada o escasa inversión en el desarrollo profesional;
- demandas conflictivas para la conciliación de la vida familiar y laboral.
Los sectores productivos más expuestos a estos riegos son los vinculados a la salud, trabajo humanitario o de emergencias.
Como políticas de prevención, en el plan valenciano se apunta:
- Gestión de los riesgos psicosociales en el trabajo por parte de la empresa a través de intervenciones dirigidas a las condiciones y entornos del trabajo.
- Sensibilizar a las personas trabajadoras tanto en el conocimiento de la problemática como en la ruptura del estigma.
- Intervenciones dirigidas a personas para la gestión del estrés y reducción de los síntomas relacionados con la salud mental.
- Planes de incorporación progresivos y adaptados para aquellas personas empleadas que han cursado una baja laboral por algún problema de salud mental.
