El 28 de abril se celebra, como cada año, el Día Mundial de la Seguridad y Salud en el Trabajo. Este año, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) ha centrado la conmemoración en las repercusiones del cambio climático en la seguridad y salud laboral, así como en los desafíos para las empresas ante este riesgo laboral.
En los últimos veranos el calor ha provocado accidentes laborales, algunos de ellos mortales, por lo que es imprescindible adoptar medidas de prevención laboral para minimizar los riegos, en especial, en aquellos trabajos que se realizan al aire libre o con condiciones que multiplican los efectos del calor ambiental. Los protocolos para hacer frente a las altas temperaturas en el lugar de trabajo son un instrumento cada vez más necesario en las empresas.
La OIT señala en su informe ‘Garantizar la seguridad y salud en el trabajo en un clima cambiante’ que un 70% de la población activa mundial está expuesta a graves riesgos para su salud como consecuencia del cambio climático.
Dentro de la Estrategia Española de Seguridad y Salud en el Trabajo para el periodo que abarca desde el año 2023 hasta el 2027 se marca el objetivo de gestionar desde la óptica preventiva los cambios derivados de la nueva forma de organización del trabajo, la evolución demográfica y el cambio climático. Entre las líneas de actuación en lo referente al cambio climático se contemplan las actuaciones de vigilancia y control y el análisis de la normativa de prevención de riesgos laborales con el objetivo de adaptarla a estos cambios, entre ellos, el cambio climático.
La OIT recalca en su informe que existen muchas afecciones de salud en los trabajadores y trabajadoras vinculadas al cambio climático, entre ellas, el cáncer, enfermedades cardiovasculares, enfermedades respiratorias, disfunciones renales y afecciones mentales.
En el Día Mundial se reivindica la adopción de prácticas saludables para garantizar un trabajo seguro.