El Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo ha editado una guía para detectar y actuar ante el Conflicto trabajo-familia (CTF) o doble presencia (DP) como riesgo psicosocial, derivado del abordaje de éstos con perspectiva de género.
En el estudio clarifica cuáles son los principales factores de riesgo psicosocial, cómo se identifica su exposición, cuáles son los colectivos más vulnerables y cómo integrar el Conflicto trabajo-familia o doble presencia en la gestión psicosocial.
El conflicto trabajo-familia se genera por demandas laborales y familiares incompatibles. Cuando las exigencias asociadas a ambos ámbitos se producen de forma sincrónica se materializa la doble presencia. Existen factores de riesgo psicosocial que interaccionan y aumentan la probabilidad de CTF o doble presencia, que puede generar un proceso de tensión con potencial de provocar pérdida de salud, según revela esta publicación.
Factores de riesgo psicosocial que interaccionan:
- Jornada laboral: duración, ordenación y cambios en las jornadas. Autonomía de los tiempos de trabajo.
- Demandas laborales: carga de trabajo, demandas cognitivas o emocionales. Autonomía sobre cargas y ritmo de trabajo.
- Jornada asocial de trabajo: considerada como la parte de la jornada que se solapa con el tiempo para atender responsabilidades familiares o lo dificulta como, por ejemplo, trabajar en sábados, domingos, festivos, tardes, noches, modificaciones de las jornadas no establecidas previamente o jornadas prolongadas.
- Altas demandas laborales: ya sea por una elevada carga de trabajo o por demandas emocionales y cognitivas, pueden alargar las jornadas y/o generar cansancio para afrontar las responsabilidades y la atención a las demandas familiares.
- Baja autonomía o control de tiempos: ritmos y otros aspectos de organización del trabajo remunerado.
¿Cómo identificar la exposición a este conflicto?
Para determinar si se da exposición a CTF o doble presencia hay que averiguar si la trabajadora o el trabajador:
- Tiene personas dependientes a su cargo (menores, mayores o personas con discapacidad).
- Si el tiempo que dedica a las actividades laborales le dificulta realizar las actividades de cuidado necesarias.
- Si al llegar a casa tiene demasiado cansancio, agotamiento y falta de energía emocional como para realizar actividades domésticas y/o de cuidados.
- Si hay momentos en los que necesitaría estar en el trabajo y en casa a la vez.
- Si siente que no atiende a las demandas del ámbito laboral y familiar como debería.
¿Cuáles son los colectivos más expuestos?
- Mujeres: el sexo es un factor determinante en la exposición a CTF y DP, dado que la responsabilidad de los cuidados familiares sigue recayendo mayoritariamente sobre las mujeres, quienes continúan planificando y realizando la mayor parte del trabajo doméstico y de cuidados no remunerado.
- Personas con puestos de baja cualificación: la prevalencia de exposición al CTF o DP es mayor cuanto menor es la cualificación de la ocupación, tanto porque en estos puestos los tiempos asociales de trabajo son más frecuentes y la autonomía menor, como por la dificultad económica de externalizar el trabajo de cuidados.
¿Qué medidas preventivas pueden adoptarse desde las empresas?
Las medidas preventivas se centrarán en evitar jornadas asociales, reducir la carga de trabajo y aumentar la autonomía sobre los tiempos de trabajo. Para ello se puede:
- Poner en marcha prácticas adecuadas de gestión de las jornadas, los tiempos y las demandas laborales.
- Promover una organización y un control de las jornadas de trabajo adecuadas.
- Informar con la suficiente antelación de todo lo referido a las jornadas de trabajo.
- Establecer medidas para reducir la tensión provocada por la simultaneidad de demandas laborales y familiares.
FUENTE: INSST
