La Covid-19 ha supuesto cambios en el mundo laboral y en la salud de las personas trabajadoras. Los desafíos a los que se han tenido que enfrentar empresas y organizaciones han transformado los programas de Promoción de la Salud en el Trabajo (PST).
El Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo (INSST) y la Cátedra de Promoción de la Salud de la Universidad de Girona han realizado el estudio "Impacto de la COVID-19 en los programas de Promoción de la Salud en el Trabajo”.
Este estudio incluye una revisión exploratoria de la evidencia científica disponible en relación con el impacto que ha tenido la COVID-19 en la gestión y ejecución de los programas de PST, y las prácticas e intervenciones adoptadas para prevenir los efectos sobre las personas trabajadoras. Al mismo tiempo, incluye un análisis cuantitativo y un análisis cualitativo mediante grupos focales, sobre el impacto de la COVID-19 en los programas de PST, realizados con la participación de empresas y organizaciones de la Red Española de Empresas Saludables (REES).
Con todo ello, el estudio expone las conclusiones y recomendaciones para facilitar la adaptación de los programas de PST al nuevo entorno derivado de la pandemia de la COVID-19, y la gestión ante posibles crisis sanitarias que puedan aparecer en el futuro.
A continuación, se detallan estas conclusiones:
De forma generalizada, los programas de PST son percibidos como un elemento mitigador del impacto de la pandemia en la empresa.
Se detecta la necesidad de fortalecer los programas de promoción de la salud, por delante de la protección y la prevención que habían imperado hasta el momento, así como adaptar los programas a las nuevas necesidades tanto por su naturaleza (antes más centrados en la salud física, enfocándose ahora más hacia la salud mental) como por la forma de realizarlos (incrementándose la realización de actividades en remoto).
Se ha producido un cambio en la percepción del concepto de “salud”. Por un lado, se ha producido un cambio de mirada de la salud laboral hacia la salud de las personas, considerando su entorno personal, familiar y social. Por otro lado, la pandemia ha puesto en valor la necesidad de una visión más comunitaria de los programas de PST.
La salud física y mental preocupan ahora más que antes de la pandemia, mostrando un mayor interés tanto las personas como la política y cultura de empresa.
La pandemia ha ayudado a reducir el estigma de la salud mental.
La formación e información sobre hábitos saludables, promoción del ejercicio físico, la alimentación saludable y la ergonomía han tenido una percepción de impacto positivo menor. Sin embargo, no hay que dejar de lado la actuación en estos programas, ya que a raíz de la pandemia han aumentado los niveles de sedentarismo y han aparecido riesgos emergentes derivados del teletrabajo como los debidos a factores ergonómicos.
La pandemia ha impactado en las acciones previstas en los programas de PST y en el desarrollo de las actividades, en la disponibilidad de recursos para llevarlas a cabo y en los programas de formación previstos. Si bien por un lado no se han podido realizar estos aspectos según lo previsto, se han tratado de adaptar a la situación para mantener las medidas de apoyo a la promoción de la salud de las personas trabajadoras.
Durante la pandemia, se han activado nuevos recursos orientados a la salud, al bienestar y al entorno de las personas que no figuraban en los programas de promoción de la salud de la empresa.
La formación y la información son dos elementos clave para mitigar el impacto de la pandemia.
La información ha tenido un impacto positivo debido a la necesidad de disponer de disposiciones normativas, aplicación de estas, y procedimientos en relación con la forma de actuar frente a la pandemia.
Respecto a las medidas adoptadas para la prevención de la COVID-19, las medidas de distanciamiento social como los confinamientos domiciliarios, las cuarentenas preventivas y las restricciones de reunión han impactado de forma más negativa en el desarrollo de los programas de PST de las empresas al dificultar la realización prevista de los mismos.
El teletrabajo es percibido de forma positiva en relación con el funcionamiento de los programas de PST ya que, el rediseño de ciertas acciones a la modalidad de trabajo no presencial puede aumentar la participación. No obstante, se perciben riesgos como problemas ergonómicos, de conciliación, relajación de los hábitos saludables, aislamiento o la conexión constante con el mundo laboral y que pueden afectar la salud física y mental de las personas.
Los programas de PST han contado de forma mayoritaria con el compromiso de la dirección y el respaldo al grupo de personas responsables de las intervenciones.
La comunicación se percibe mayoritariamente como un elemento clave para la promoción y protección de la salud de las personas trabajadoras.
La pandemia ha supuesto un proceso de aprendizaje personal y colectivo, reforzando el sentimiento de colectividad dentro de las empresas.
La política europea pone el foco en la preparación de las empresas y las organizaciones para cualquier posible crisis de salud futura, y en los riesgos psicosociales y ergonómicos post pandemia de las personas trabajadoras.
El impacto de la COVID-19 en el funcionamiento de los programas de PST es un campo de investigación que ha de estudiarse para generar evidencia científica.
Las empresas deben prepararse para futuros retos de la PST.
A partir de estas conclusiones, se realizan recomendaciones en seis ámbitos:
SALUD
Poner el foco en la dimensión comunitaria, holística de la salud, con proyección social.
Cambiar la mirada de la salud laboral hacia la salud de las personas.
Priorizar acciones de promoción de la salud mental y emocional.
Evitar las consecuencias negativas asociadas con el sedentarismo (cáncer, obesidad, trastornos musculoesqueléticos, diabetes, enfermedades cardiovasculares) diseñando estrategias para disminuir el tiempo que pasan sentados los empleados/as al trabajar tanto desde casa como en la empresa
PARTICIPACIÓN
Reconocer las aportaciones de las personas que conforman la empresa y la importancia de éstas.
Fomentar mecanismos de participación virtual igual de eficaces o mejores a los establecidos antes de la pandemia.
Fortalecer la participación y el empoderamiento de las personas trabajadoras y del personal de dirección de la empresa, al través del fomento de los comités de salud.
RESPONSABILIDAD SOCIAL
Poner en valor la responsabilidad social de las empresas como elemento de corporativismo y satisfacción laboral.
Ofrecer los programas de promoción de la salud a todas las personas de la empresa independientemente de su cargo o posición dentro de la misma.
Fomentar el carácter inclusivo de los programas y adaptarlos a cada colectivo.
Fortalecer la cooperación multisectorial y multidisciplinar.
Fomentar la sostenibilidad de los programas de PST integrándolos en la gestión y organización de la empresa u organización.
RECURSOS
Poner en valor los activos en salud de la empresa, y a la misma empresa como activo de la comunidad.
Proporcionar asistencia para evaluar y gestionar los factores de riesgo para la salud y la seguridad de los entornos de teletrabajo.
Adaptar los programas de PST a la no presencialidad utilizando los medios técnicos y tecnológicos disponibles.
Elaborar el Plan de Contingencia para Emergencias de la empresa basado en una evaluación de riesgos.
Fomentar el carácter integral de los programas de promoción de la salud en el entorno laboral.
Promover la implantación de Programas de Ayuda al Empleado como una herramienta de protección y promoción de la salud de las personas trabajadoras de aplicación individual y complementaria de otras actuaciones colectivas destinadas a la creación de entornos seguros y saludables.
COMUNICACIÓN
Fomentar la comunicación y la cooperación entre las personas trabajadoras y las directivas.
Fomentar la comunicación interna y con la comunidad y sociedad como elemento clave en la promoción de la salud de la empresa.
Establecer un mecanismo de comunicación de información positiva hacia los/las empleados/as.
Adoptar nuevas estrategias de comunicación con el soporte de las nuevas tecnologías.
PROGRAMAS DE FORMACIÓN
Formar a las personas trabajadoras en buenas prácticas en el teletrabajo para evitar riesgos ergonómicos y psicosociales.
Apoyar y priorizar acciones formativas dirigidas a promover la salud mental y emocional mejorando la rapidez y la efectividad de la respuesta a posibles futuras crisis.
Incluir programas de formación en resiliencia en las actividades de promoción de la salud de la empresa.
Poner en marcha acciones destinadas a mejorar la alfabetización en salud.
Reforzar la educación sobre seguridad epidémica, estableciendo directrices contrastadas de autoprotección de los/las empleados/as y aumentar la conciencia sobre la seguridad y la prevención de riesgos.
Priorizar las medidas de refuerzo de la higiene.