por Nuria Pastor Ramos (Grupo Esoc Prevención)
24 de enero de 2018
El objetivo fundamental es velar por la salud de los trabajadores a través de la detección precoz de las enfermedades de origen laboral, permitiendo a la empresa adaptar aquellos procesos, sustancias y equipos, que pudieran ser perjudiciales. Además de facilitar a la empresa la certificación de la aptitud de sus empleados por puesto de trabajo, permiten al trabajador una comunicación confidencial y directa con los profesionales sanitarios para informar sobre las posibles repercusiones que, en términos de salud, podría estar comportando el trabajo que desarrolla.
Si bien en la normativa prevalece la voluntariedad de los reconocimientos médicos, éstos serán obligatorios:
cuando la empresa tenga que cubrir puestos con riesgos de enfermedades profesionales;
cuando sea imprescindible para evaluar los efectos de las condiciones de trabajo sobre la salud de los trabajadores;
cuando se deba verificar si el estado de salud del trabajador puede constituir un peligro para él mismo, para los demás trabajadores o para otras personas,
además de cuando esté establecido en una disposición legal en relación con la protección de riesgos específicos y actividades de especial peligrosidad.
Las últimas sentencias fallando, acerca de la obligatoriedad de los reconocimientos médicos y la reforma normativa que recoge las responsabilidades del empresario por la falta de los mismos, añaden más argumentos de peso para que éstos se lleven a cabo.