La incorporación de la comunicación inclusiva en la empresa es una de las áreas que Grupo ESOC trabaja en los planes de igualdad y que está contemplada entre las áreas a analizar en el diagnóstico previo, junto con otras cinco:
Área de acceso a la ocupación y contratación.
Área de conciliación y corresponsabilidad.
Área de clasificación profesional, promoción, formación y representación femenina.
Área de retribuciones y auditorías salariales.
Área de salud laboral y prevención del acoso sexual y por razón de sexo.
La comunicación y el lenguaje no sexista debe contemplarse desde un punto de vista amplio: comunicación interna y comunicación externa (web corporativa, redes sociales, campañas publicitarias...).
¿A qué nos referimos cuando hablamos de lenguaje sexista? ¿Por qué es tan importante tener en cuenta la comunicación inclusiva en los planes de igualdad en las empresas?
Hay un ejemplo reciente que puede ayudar a hacernos comprender un poco mejor la importancia de utilizar un lenguaje que incluya a todas las personas. Se trata del lenguaje utilizado en algunos medios de comunicación con motivo de la participación de mujeres deportistas en los Juegos Olímpicos de Tokio.
“La admiradora de Nadal que ha destronado a Ledecky en los 400 libres”
“Paula Badosa deslumbra en los Juegos de Tokio. La tenista, ex de David Broncano, se clasificó este martes para los cuartos de final de los Juegos Olímpicos”
Son dos titulares del mes pasado de un diario español. En ambos se detecta que, lejos de considerar a las deportistas por sus méritos olímpicos se destaca su vinculación, en un caso con otro deportista y, en otro, con su pareja famosa.
En ambos casos, el mensaje está construido desde un punto de vista sexista.
¿Por qué es importante destacar que una nadadora olímpica es importante por su admiración por Nadal? o ¿Qué aporta que la tenista Paula Badosa haya sido pareja de David Broncano?
Los ejemplos de comunicación sexista son diarios en los medios de comunicación. No hay que olvidar que no solo se trata del lenguaje sino también de las imágenes que se utilizan para ilustrar los mensajes.
¿Y en las empresas? ¿Cómo afecta el lenguaje sexista? ¿Por qué hay que planificar la incorporación de la comunicación inclusiva en los planes de igualdad?
Hay dos áreas directamente implicadas con el uso del lenguaje que se hace en las empresas:
El área de acceso al empleo.
El área de clasificación profesional.
Al realizar el diagnóstico previo al plan de igualdad es cuando se detecta, por ejemplo, que determinados puestos de trabajo (mayoritariamente ocupados por hombres) se designan en masculino genérico: conductores, técnico de..., mecánico, .... Esta denominación es la que se utiliza tanto en el catálogo de puestos de trabajo como a la hora de lanzar ofertas para cubrir puestos vacantes:
“Necesitamos conductor..., Buscamos un técnico de...,”
Con esta dinámica se incrementa la posibilidad de aumentar el personal masculino y se ‘veta’, de alguna manera, la posibilidad de que se presenten mujeres. Para ser conscientes de la importancia del lenguaje inclusivo hay que invertir el mensaje. ¿Qué pasaría si el anuncio de empleo fuera ‘Necesitamos conductora...”? Lógicamente nuestra asociación mental sería que se busca personal femenino.
Si lo que pretendemos es hacer paritaria la plantilla de la empresa debemos utilizar el lenguaje inclusivo y buscar conductores y conductoras, personal técnico de..., personal de limpieza y no limpiadoras o personal de obra.
Porque el masculino genérico, el lenguaje neutro, es el que hemos aprendido desde el colegio y, de hecho, es correcto desde el punto de vista gramatical. Sin embargo, en la búsqueda de la igualdad en las empresas hay que ir un paso más allá y abordar desde todos los frentes un lenguaje que incluya a todo el personal que trabaja o que puede trabajar en ellas.
Para ello, algunas de las medidas que lanzamos son:
Auditar la web y las Redes Sociales (imágenes y texto) y adaptarlas a la comunicación inclusiva.
Elaboración y difusión de una guía de comunicación inclusiva.
Adaptación de los puestos de trabajo al lenguaje inclusivo.